Una licencia médica, un documento oficial que autoriza a una persona a ausentarse del trabajo por motivos de salud. También conocida como certificado médico, es la única forma legal de justificar una inasistencia por enfermedad o accidente en Chile. Sin ella, tu ausencia puede considerarse falta injustificada y hasta ponerte en riesgo de perder tu empleo. No es un simple papel: es un derecho que protege tu salud y tu estabilidad laboral, y está regulada por ley desde hace décadas.
Quien emite la licencia médica es un médico, profesional de la salud autorizado por el Ministerio de Salud para emitir certificados laborales. Puede ser tu médico de cabecera, uno de un centro de salud pública o incluso un privado, siempre que esté registrado. El certificado debe incluir tu nombre, la fecha de inicio y fin, el diagnóstico (en términos generales, no siempre detallado), y la firma y sello del profesional. Si trabajas bajo Fonasa, el sistema público de salud chileno que cubre a la mayoría de la población, la licencia se emite directamente en el centro de salud. Si estás en una ISAPRE, empresa privada que administra salud de forma alternativa al sistema público, el proceso es similar, pero puedes tener más opciones de médicos y tiempos de espera más cortos.
La ley dice que el empleador debe pagar tu sueldo durante los primeros tres días de licencia. Después, el pago lo hace el Estado, a través del Instituto de Previsión Social, el organismo que gestiona las prestaciones de salud y pensiones en Chile. No importa si eres empleado fijo, temporal o incluso contratado por horas: tienes derecho a esta protección. Lo que sí cambia es el monto que recibes: si tu sueldo es bajo, puedes recibir hasta el 70% de tu ingreso; si es alto, el porcentaje baja. Y sí, hay límites: una licencia no puede extenderse más allá de lo que el médico determine, y si se prolonga demasiado, puede haber revisiones médicas obligatorias.
En Chile, las licencias médicas no son solo un trámite burocrático. Son parte de la vida real de miles de personas. En los últimos meses, hemos visto casos donde trabajadores tuvieron que pelear por que les reconocieran su derecho, o donde empresas intentaron presionar para que regresaran antes de tiempo. También hubo denuncias por licencias falsas, lo que llevó a controles más estrictos. No es raro que un trabajador con una lesión en la espalda, un problema de ansiedad o una infección viral se vea atrapado entre el sistema de salud, su jefe y el Instituto de Previsión Social. La buena noticia es que, si sabes tus derechos, puedes defenderlos.
En esta colección de noticias, encontrarás historias reales de personas que han tenido que lidiar con licencias médicas: desde casos de rechazo injustificado hasta cambios en las normas que afectan directamente tu derecho a descansar. También hay reportes sobre cómo las clínicas y los médicos están adaptándose a nuevas exigencias, y cómo el Estado está intentando reducir el fraude sin perjudicar a quienes realmente lo necesitan. No se trata de teoría: es sobre tu cuerpo, tu trabajo y tu vida. Lo que lees aquí puede ayudarte a no caer en trampas, a entender cuándo algo no está bien, y a actuar con confianza cuando lo necesites.
Más de 25.000 funcionarios públicos chilenos viajaron al extranjero mientras estaban con licencia médica, lo que ha despertado una ola de indignación sobre el uso de fondos estatales y la eficiencia de la administración pública. Las críticas piden medidas concretas para evitar estos abusos en medio de la tensión fiscal.