Empate en fútbol: qué significa, cómo afecta y por qué importa

Un empate, un resultado en el que dos equipos terminan con la misma cantidad de goles al final del partido. También conocido como partido sin ganador, es una de las situaciones más comunes y, a la vez, más tensas en el fútbol. No es un fracaso, ni una victoria, pero muchas veces decide quién avanza y quién se queda atrás. En ligas como la Primera División de Chile o torneos continentales como la Copa Sudamericana, una competencia de clubes sudamericanos que define campeones y clasificados a la Libertadores, un empate puede ser tan valioso como un triunfo, dependiendo de la fecha, el rival y el contexto del torneo. En los cuartos de final de la Copa Sudamericana 2025, por ejemplo, Once Caldas y Independiente del Valle empataron 2-2 en el partido de vuelta, pero el ecuatoriano avanzó por el criterio de goles de visita. Ese empate no fue un empate cualquiera: fue la línea entre seguir soñando y cerrar la temporada.

Los empates no se dan por casualidad. A veces son fruto de un buen juego defensivo, otras de una mala suerte o de un rival que no se arriesga. Pero lo que realmente los hace interesantes es lo que vienen después: los penales, una forma de desempatar que pone a prueba la mente y el coraje de los jugadores. En el duelo entre Universidad de Chile y Alianza Lima, el empate global llevó al partido a los tiros desde el punto penal. Nadie marcó en el tiempo extra, pero en los penales, cada disparo se convirtió en una historia. Esa es la esencia del empate: no termina el partido, lo transforma. Y en el fútbol moderno, donde cada punto cuenta, un empate fuera de casa puede valer más que un triunfo en casa.

En Chile, los empates no se miran con indiferencia. En el Estadio Nacional, en Palogrande o en cualquier cancha de barrio, un 1-1 puede generar más discusión que un 3-0. Porque no solo se trata de goles, se trata de emociones, de estrategias, de cómo los técnicos deciden si atacar o proteger. Y cuando el empate llega en una eliminatoria mundialista, como en el duelo entre Honduras y Haití, se convierte en una cuestión de supervivencia. Un punto puede significar el paso a la siguiente ronda, o el fin de un sueño. Por eso, cuando ves un empate, no lo veas como un resultado plano. Míralo como un punto de inflexión. Lo que viene después —un penal, una tarjeta, una decisión de entrenador— puede cambiarlo todo. En esta colección de notas, verás cómo los empates han marcado partidos clave, eliminado a grandes equipos y forzado a los jugadores a darlo todo en los minutos finales. No son resultados aburridos. Son el corazón del fútbol en su forma más cruda y real.