18 jun
2025
No pasó desapercibido el arranque del Mundial de Clubes 2025 en el legendario Rose Bowl de California. Monterrey, con el contundente liderazgo de Sergio Ramos en la defensa, logró sacarle un empate 1-1 al Inter de Milán, uno de los grandes favoritos del torneo. Ramos, acostumbrado a noches épicas en Europa, apareció con el olfato goleador intacto para abrir la cuenta tras una desatención inusual del cuadro italiano.
El público apenas se acomodaba cuando Ramos aprovechó un córner mal defendido y, tras un rebote afortunado, mandó la pelota al fondo con un remate seco. El tanto desató la euforia entre los seguidores mexicanos, que llenaron las gradas californianas con los colores azul y blanco. Pero el Inter no se quedó de brazos cruzados. Movieron el balón con paciencia y, sobre los 35 minutos, Lautaro Martínez culminó una jugada colectiva tras una pared rápida en el área, para igualar el marcador y confirmar su papel de hombre gol nerazzurro.
En la segunda parte, el Inter de Milán mostró todo su músculo europeo: pases milimétricos de Hakan Çalhanoğlu, desborde constante por las bandas y, sobre todo, una presión alta que mantuvo a Monterrey cerca de su propia área. Sin embargo, la zaga regiomontana —liderada por Ramos y el joven Montes— blindó la portería. El arquero de Monterrey sacó una atajada milagrosa tras un cabezazo de Bastoni, y la defensa bloqueó disparos clave de Barella y Thuram.
Monterrey apostó por la paciencia y el orden, desarmando los ataques italianos con una línea defensiva compacta y salidas rápidas. A falta de 10 minutos, el equipo mexicano tuvo la oportunidad de llevarse la victoria: un tiro libre desde la frontal del área ejecutado por Gallardo que pasó peligroso pero se marchó por encima del travesaño, dejando un suspiro en la grada.
Mientras los italianos lamentaban su falta de contundencia, el vestuario mexicano celebró el resultado como un triunfo moral. El técnico de Monterrey se llevó elogios por su enfoque estratégico, priorizando el sacrificio en defensa y la tranquilidad para resistir los embates. Fuera del campo, los analistas destacaron la frustración del Inter, que no pudo plasmar en el marcador su superioridad estadística en posesión y llegadas.
Este empate deja abierta la lucha en el Grupo A del torneo, y le demuestra a los favoritos europeos que enfrentarse a los equipos mexicanos no es un mero trámite. Monterrey, con disciplina y orden, manda un mensaje: no ha venido a Estados Unidos solo a participar sino a competir de verdad.
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