El Bombo Fica, un instrumento de percusión típico de Chile, usado desde el siglo XIX en las fiestas populares y ritmos campesinos. También conocido como bombo chileno, es el corazón de la cueca y otras danzas tradicionales que mantienen viva la identidad rural del país. No es solo un tambor: es el pulso de las fiestas de la Virgen, las ferias populares y las reuniones de vecinos en el norte y centro de Chile.
Este instrumento se distingue por su cuerpo de madera, su piel de animal estirada en un extremo y su sonido profundo que se siente más que se escucha. A diferencia del bombo andino, el Bombo Fica es más pequeño, más agudo y se toca con una baqueta de madera y la mano libre, creando un ritmo que no se parece a ningún otro. Está ligado a la cueca, la danza nacional de Chile, donde el bombo marca el compás y la guitarra le responde. En muchas comunidades, los músicos lo aprenden de sus abuelos, no en escuelas, sino en las plazas, los corrales y las procesiones. Es un instrumento que no se vende en tiendas, sino que se hace, se hereda, se repara con alambre y clavos, y se toca con orgullo.
En los últimos años, el Bombo Fica ha vuelto a sonar en festivales urbanos, en conciertos de música autóctona y hasta en proyectos de jóvenes que lo mezclan con electrónica o rock. Pero su esencia sigue siendo la misma: un sonido que nace del campo, que grita en las fiestas de diciembre y que nunca se apaga. Si has visto a alguien tocarlo en una feria de Puchuncaví, en una celebración en La Serena o en una marcha en Santiago, sabes que no es solo música: es memoria, es resistencia, es Chile.
En esta página encontrarás noticias sobre eventos donde el Bombo Fica sigue siendo protagonista, reportajes sobre los músicos que lo mantienen vivo, y contextos donde su sonido se conecta con la cultura, la política y la identidad nacional. No son solo artículos: son historias de gente que no deja que este instrumento se apague.
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