10 sep
2025
Por Ximena
Pocos campeones provocan tanta tensión con un solo botón como Blitzcrank. En League of Legends, su Gancho Cohete decide peleas enteras. Ahora, ese mismo gesto —apuntar, lanzar, atrapar— se convierte en el corazón de un personaje de agarres en 2XKO, el juego de lucha 2v2 de Riot Games. No es un simple traslado: es una reconstrucción que respeta su esencia y, al mismo tiempo, la lleva a un sistema pensado para duelos rápidos, apoyo constante entre compañeros y presión a pantalla completa.
En la Grieta, el gancho era un “¡o entra o no entra!”. En 2XKO, conserva esa identidad, pero gana capas. El tiro recto sigue castigando la distracción, incluso cuando el rival bloquea, y ahora tiene variaciones aéreas que cambian el ritmo del intercambio. ¿Saltó para evitarlo? El gólem puede pescar en el aire. ¿Se cubrió bien? Puede rematar con un puñetazo que lanza por los aires. Esa traducción no pierde dramatismo: cada intento de gancho interrumpe el plan del oponente y forja el tuyo.
Riot lo define dentro del arquetipo grappler: personaje grande, contundente, fuerte en el cuerpo a cuerpo, con lanzamientos de mando y ataques que abren huecos. La apuesta es clara: crear un tanque de control de espacio que deje a su compañero la vía libre para convertir cada enganche en daño real. La clave está en el ritmo. Blitz no corre detrás de nadie; te obliga a moverte como él quiere, te empuja a bloquear y ahí es donde te agarra. Si has peleado alguna vez contra un Zangief o un Potemkin, ya intuyes la dinámica, pero aquí la etiqueta 2v2 lo cambia todo.
El clásico uno-dos de LoL también se siente aquí: Gancho, luego Puño de Poder. Tras atrapar, el “Power Fist” lanza al rival y abre combos o relevos. Es una animación corta, gruesa, con ese impacto metálico que vende la idea de que este robot está diseñado para recoger chatarra… o campeones que no deberían haber estado ahí. La diferencia con un MOBA es que ahora ese uno-dos existe en mil microvariantes: en salto, con cancelaciones, como castigo, como amenaza.
La otra gran novedad llega con un recurso propio: el vapor. Golpear, sobre todo con ataques como el Air S2 en el que Blitz se convierte en una bola demoledora, genera vapor que luego se gasta para potenciar golpes, estirar combos o arañar más daño en momentos clave. No es un rompecabezas complejo; es un medidor que te invita a pensar en riesgo-recompensa. ¿Gastas vapor para asegurar la presión en esquina o lo guardas para el remate con súper? Esa duda, repetida ronda a ronda, construye el plan del personaje.
Los diseñadores Caroline “Riot Carolion” Montano y Alex “Blinkity” Jaffe han cuidado que esta curva no sea un muro para principiantes. Con Blitz puedes jugar “a lo sencillo” —gancho bien medido, agarres y castigos— y ya sientes que aportas al equipo. Pero si te quedas, el personaje responde: rutas más técnicas, cancelaciones que dejan al rival sin aire y manejo fino del vapor para que cada toque valga por dos. No te pide memorizar una enciclopedia de combos; te pide leer al de enfrente, y eso encaja con su personalidad de guardia de seguridad de Zaun: ve una amenaza, la neutraliza.
El kit tiene sorpresas. La S2 Rocket Punch atraviesa proyectiles y se cancela en gancho. Es un mensaje directo a zoners y a quien confía en balas de baja interactividad: puedes disparar, pero el gólem puede atravesar y además forzar un 50/50 con el cancel. Y sí, funciona tanto en impacto como en bloqueo, así que se convierte en un botón de “tu turno se acaba aquí” si el rival se confía. Sumado a agarres de mando, embistes con armadura corta y normales con cajas grandes, Blitz genera una burbuja de respeto a su alrededor.
El movelist distingue entre normales, únicos, especiales, encadenes, súper y definitiva. No necesitas ver cada nombre para entender su lógica: presión con jabs grandes, golpe cargado para pillar botones, opciones aéreas que sorprenden al rival que salta para escapar del agarre y, cuando el medidor manda, un súper que define rondas. La definitiva exige gestión: si gastas antes de tiempo, pierdes la amenaza psicológica; si esperas demasiado, quizá no la uses. Otra vez, ritmo y lectura.
Visualmente, el Blitz de 2XKO es reconocible sin necesidad de subtítulos: metal voluminoso, formas redondeadas, amarillo y azul de manual, y esa cara que transmite más candidez que maldad. Es un robot que quiere ayudar, solo que su idea de “ayuda” es levantar a alguien en peso y estamparlo contra el suelo. Las líneas de voz mantienen esa literalidad amable: “Hostiles acercándose. Reciprocando hostilidad” o “Ayudando. Basura detectada juntos”. En un juego de peleas donde todo pasa en décimas, esas frases cortas encajan perfecto.
¿Dónde brilla en el 2v2? Como ancla o como soporte de control. De ancla, remata y ordena: si su compañero abre con velocidad, Blitz entra para convertir el toque en daño grande y en esquina, que es su casa. De soporte, ofrece asistencias que paran el reloj: un gancho que te saca de un trade desfavorable, un puño que castiga a dos a la vez o un relevo que invierte posiciones. Su kit no es de persecución constante; es de mover el tablero y forzar decisiones malas.
La selección de equipo con Blitz invita a parejas muy claras. Con un rushdown (un personaje rápido, con presión y mixups), Blitz garantiza que el toque se convierta en ventaja posicional. Con un zoner, compensa la distancia: el compañero te prepara el error con proyectiles, y el gólem cobra la factura con un agarre. Si al otro lado hay movilidad aérea intensa, sus variantes de gancho en salto y el S2 que rompen proyectiles evitan que el duelo se convierta en “corre y dispara”. No lo tapona todo, pero quita comodidades.
El meta de grapplers suele nacer del respeto: no hace falta agarrar muchas veces si basta con que el rival lo crea posible. Blitz lleva esa amenaza a una pantalla con cuatro personajes activos (dos luchando y dos listos para asistir), donde cada segundo hay una tentación de botón. La paciencia vuelve a tener valor. Bloquear deja de ser automático, porque el rival puede perder el turno en un agarre de mando. Y los “saltitos” para salir de la esquina ya no son gratis si hay gancho vertical acechando.
Para quien quiera una guía rápida, estas son las claves del kit que marcan su plan de juego:
El vapor, insistimos, es su palanca de profundidad. En manos expertas, convierte un acierto normal en una secuencia que no te suelta: potencia un golpe para extender, fuerza la esquina y te deja el relevo servido. En niveles iniciales, es un “turbo” fácil de entender: “esto pega más ahora”. Esta doble lectura —simple al tacto, honda si te quedas— es justo la filosofía que Riot ha repetido con 2XKO: que cualquiera pueda apretar botones y divertirse en 5 minutos, y que quien se obsesiona tenga un camino largo por delante.
El diseño de Blitz también le habla a los hábitos del género. Los grapplers suelen pagar con movilidad. Aquí la etiqueta 2v2 tapa ese peaje: si necesitas entrar, lo haces con asistencia; si necesitas salir, un relevo con invencibilidad te salva. Blitz no te persigue todo el rato porque no lo necesita; sitúa trampas, monta su tienda en la esquina y te obliga a negociar. Si te adelantas con proyectiles, el S2 te recuerda que hay facturas con nombre y apellido. Si te escapas por arriba, su gancho vertical te baja a tierra.
Hay un detalle que gusta mucho a quien viene de LoL: la sensación de identidad intacta. ¿Te encantaba robar objetivos con un gancho o cazar al mid de turno a la salida de base? Esa chispa también está aquí. En 2XKO, un gancho bien colocado no solo daña: cambia el orden del combate, revienta una asistencia mal llamada y te regala una esquina. Esa es la traducción de “hacer una pick” al lenguaje de un fighter.
Riot, que durante años enseñó a Blitz como soporte de pick y control, lo convierte ahora en una piedra angular del 2v2. No es un cameo ni un guiño; es un personaje hecho con cariño por su historia. Se nota en los tiempos de los golpes (ni torpes ni blandos), en la manera en que suena el metal cuando agarra, en la decisión de permitir que el gancho tire incluso a un rival en guardia. Ese detalle, heredado del LoL donde un gancho “on target” no pregunta dos veces, da coherencia a todo lo demás.
¿Y el apartado técnico? El estilo de arte de 2XKO le sienta bien. El trazo acentúa el peso del cuerpo, las articulaciones se leen a simple vista y los destellos de vapor no saturan. La silueta manda: lo ves al reojo y sabes que es él. En juegos de lucha eso vale oro, porque lees el neutral a través de sombras. Y a nivel de feedback, cada impacto suena con una mezcla de golpe hidráulico y metal hueco que pone contexto: no es magia, es ingeniería bruta de Zaun.
En un juego de etiqueta, la “economía del turno” es ley. Blitz compra turnos forzando bloqueos incómodos y los revende a su compañero. El 2v2 de 2XKO premia esa coreografía: asistencia para entrar, gancho para fijar, relevo para exprimir y vuelta a empezar. Si buscas una pareja ideal, piensa en alguien que convierta al rival en un muñeco de pruebas cuando está en la esquina. Con Blitz, la esquina no se negocia; se conquista y se administra.
¿Qué pasa cuando el otro equipo sabe cómo escapar? Entra la segunda capa: baitear saltos con amagos de gancho, caminar medio paso atrás para castigar techs desesperados, usar un golpe con armadura para comerte un proyectil y cerrar espacio. Aquí el vapor actúa como moneda táctica: lo inviertes para mantenerte encima y que el rival no recupere su turno. Si no te obsesionas con agarrar siempre, y alternas con golpes cortos y seguros, el rival deja de saber cuándo tocar.
Los supers y la definitiva redondean el plan. No hace falta que sean cinematográficos para importar; lo que importa es que existan como amenaza latente. Si el medidor está lleno, tu rival deja de saltar a lo loco, sus asistencias se retrasan medio segundo y el neutral se hace más serio. Es la magia de los recursos: sin gastar ya condicionas. Gastando, firmas la ronda.
El equipo creativo insiste en una idea: que los fans de toda la vida reconozcan a su campeón y que los nuevos entiendan por qué era querido. Por eso el guion de voz suena literal y honesto, por eso el color y las formas no se han retocado hasta volverlo genérico. Blitz es un robot que recoge basura, sí, pero en 2XKO recoge errores. Y esa es una fantasía muy de juego de lucha: que un fallo se pague con poste y esquina.
En lo práctico, 2XKO llega a PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC, con una beta cerrada que arrancó el 9 de septiembre de 2025. Ese calendario mete presión al equipo, pero también da aire para ajustar números, hitboxes y daños. Los grapplers suelen vivir o morir por detalles de frames; un punto más de ventaja en bloqueo cambia matchups enteros. Con Blitz, ese fino ajuste será lo que defina si el gancho es un susto o una condena.
Un apunte de balance que ya se huele: su capacidad de cancelar el Rocket Punch en gancho abre rutas de presión que serán el campo de pruebas de la comunidad. Si se sienten “demasiado baratas”, verás cambios. Si el riesgo de aventurarte con el S2 se paga con castigos justos, quedará como una respuesta honesta a proyectiles. Lo bueno del 2v2 es que siempre hay contrapesos: asistencias antiagarre, reversals bien medidos, relevos que resetean el tablero.
La adaptación de un MOBA a un fighter no es automática. Un gancho apunta solo en un juego isométrico y, de pronto, en 2D es un proyectil con hurtbox, startup, recuperación y prioridad. Aun así, el equipo parece haber encontrado el ángulo correcto: conservar la dramaturgia del “si pesca, se lía” y envolverla en reglas de lucha claras. Esa coherencia es la que hace que Blitz no se sienta injertado, sino nativo del sistema.
¿Vale la pena meterlo en tu rotación desde el día uno? Si disfrutas imponiendo tu ritmo, sí. Si te atrae el juego mental del “me respetas o te tiro”, sí. Y si vienes de LoL y extrañas la sensación de cazar a alguien que dio un paso de más, encontrarás aquí la misma chispa, pero con el premio inmediato de un combo y un cambio de lado que hace sonreír a cualquier jugador de pelea.
Al final, su papel en 2XKO es un recordatorio de por qué funcionan los grapplers cuando están bien hechos: convierten el miedo en herramienta. Y, en un juego de dos contra dos, ese miedo no vive solo en el que lucha; también contagia al compañero que espera su turno. Blitz no asusta por su tamaño, asusta por su control del reloj. Y en un género donde un segundo define todo, ese control es poder puro.
Para explotar a Blitz en equipo, piensa en tres escenarios. Uno: neutral abierto, nadie domina. Tu objetivo es rascar vapor con toques seguros —Air S2 medido, jabs para tantear— y medir el gancho para castigar saltos o proyectiles lentos. Dos: esquina conseguida. Aquí el juego es simple y cruel: frame traps cortos, tick-throws y, cuando el rival se congela, agarre de mando. Tres: desventaja. Usa asistencia para tapar huecos, amenaza con Rocket Punch para frenar la oleada de botones y busca el relevo que te saque de la presión.
Con quién se lleva bien: personajes que convierten cualquier lanzamiento en setplay. alguien con oki fuerte hará que el rival se levante con miedo y ahí tu gancho vuelve a leer prensa. Con quién sufre: movilidad extrema y deslizamientos bajos que se cuelan bajo sus cajas. Ahí entra el conocimiento de matchup: más jabs, menos carga, gancho como castigo, no como apertura. Y, siempre, guardarte un poco de vapor para el momento exacto en que el rival cree que puede tocar gratis.
Si vienes de pelear con grapplers clásicos, verás viejas ideas con traje nuevo: ticks desde golpes ligeros, microcaminar para meter el agarre, opción select con asistencia para cubrir reversals. La diferencia es que el sistema 2v2 suaviza sus puntos flacos. No necesitas herramientas imposibles; necesitas coordinarte. Blitz premia esa coordinación con control posicional y rondas que se sienten “bajo llave” cuando la esquina es tuya.
La lectura más bonita de esta adaptación es que no se han quedado en el titular. No es solo “metimos el gancho y listo”. Es un kit pensado para que el gancho sea amenaza, sí, pero también para que todo alrededor —vapor, S2, asistencias, supers— gire a su favor cuando tú aciertas. Si te gustan los personajes que convierten un momento en un plan, Blitz es tu zona de confort.
Con el estreno acercándose y la beta cerrada ya en marcha desde el 9 de septiembre de 2025, queda ver cómo madura su ejecución con manos de miles de jugadores. Los números se ajustarán, los setups se pulirán y la comunidad decidirá qué parejas lo llevan de “sólido” a “temible”. Lo que ya está claro es que el gólem de Zaun encaja en el ADN de 2XKO: dos contra dos, decisiones en equipo y una mezcla de accesibilidad y techo alto que, bien medida, mantiene a todos jugando.
Blitzcrank nació para recoger basura en Zaun. En 2XKO, recoge errores. Y ese trabajo, en un juego de lucha, es una vocación.
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