Pavel Durov, fundador de Telegram y exdueño de VKontakte, es una de las figuras más influyentes en la tecnología de privacidad digital del siglo XXI. También conocido como el "Robin Hood de la internet", rechazó ceder datos de usuarios a gobiernos, incluso cuando eso le costó su empresa en Rusia. Su decisión de salir de Rusia en 2014 no fue solo un movimiento personal: fue una declaración de guerra contra la vigilancia masiva.
Telegram, la aplicación de mensajería que Durov lanzó en 2013 como alternativa a WhatsApp y WeChat, se convirtió en el refugio de activistas, periodistas y ciudadanos comunes que querían comunicarse sin miedo a ser espiados. A diferencia de otras plataformas, Telegram ofrece cifrado de extremo a extremo en chats secretos, y no almacena metadatos de usuarios. Esto lo hace distinto de Facebook, Google o incluso Apple, que recopilan información para publicidad o colaboración con autoridades. La clave de su éxito no fue solo la tecnología: fue la filosofía. Durov creó una empresa que prioriza la libertad sobre los ingresos, y eso lo ha convertido en un blanco para gobiernos de todo el mundo.
Criptografía, la base técnica que sostiene Telegram y otras herramientas de privacidad, es lo que hace posible que un mensaje en Chile llegue a Argentina sin que nadie lo lea en el camino. Durov no inventó la criptografía, pero sí la puso al alcance de cualquier persona con un celular. Hoy, cuando en Chile se discuten leyes sobre vigilancia digital o el uso de datos por parte de entidades públicas, lo que Durov construyó sigue siendo un modelo de resistencia. No es un político, ni un activista formal, pero sus decisiones tienen más impacto que muchas leyes. Por eso, cuando se habla de privacidad en internet, siempre terminas volviendo a él.
Lo que encontrarás aquí no son solo noticias sobre Pavel Durov. Son historias reales de cómo su creación, Telegram, se convirtió en herramienta de organización en protestas, de comunicación en zonas con censura, y de refugio para quienes no confían en las grandes plataformas. Desde Chile hasta Bolivia, pasando por México y Argentina, sus efectos se sienten en cada mensaje cifrado que se envía lejos de los ojos de los gobiernos.
Pavel Durov, el fundador de Telegram, fue arrestado en Francia el 24 de agosto de 2024. Su arresto está relacionado con tensiones y acusaciones sobre la censura de contenido. Durov ha sido un crítico vocal de gigantes tecnológicos como Google y Apple. Este incidente marca un nuevo capítulo en su lucha por la libertad de Internet.