niño fallece

Un niño fallece, la pérdida inesperada de una vida infantil, generalmente por accidente, violencia o negligencia. Es un evento que no solo conmociona a una familia, sino que expone fallos en sistemas que deberían proteger a los más vulnerables. En Chile, cada caso de este tipo desata preguntas difíciles: ¿por qué pasó? ¿Podía haberse evitado? ¿Quién falló? Estas no son solo preguntas emocionales, son de justicia, de prevención y de responsabilidad colectiva.

El accidente en el hogar, una de las causas más comunes de muerte infantil en el país —como caídas, ahogamientos o intoxicaciones— sigue siendo silencioso, pero letal. No son eventos raros. Son el resultado de entornos sin protección, falta de educación o recursos insuficientes. El maltrato infantil, una forma de violencia que muchas veces pasa desapercibida hasta que es demasiado tarde también está presente en muchos de estos casos. Y cuando ocurre, el sistema social, educativo o de salud a menudo no logra intervenir a tiempo. No se trata de culpables individuales, sino de sistemas que no funcionan juntos.

Detrás de cada noticia de niño fallece hay cifras que no se publican: cuántos niños mueren por negligencia en viviendas sin redes de seguridad, cuántos por falta de acceso a emergencias médicas en zonas rurales, cuántos por violencia doméstica que nadie denunció. Estos no son accidentes aislados. Son síntomas de una sociedad que aún no ha hecho lo suficiente para proteger a sus niños. En esta colección, encontrarás reportes reales, investigaciones y testimonios que te ayudan a entender no solo lo que pasó, sino qué se puede hacer para que no vuelva a pasar. No es solo información. Es una llamada a la acción.