When talking about Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela desde 2013, cuyo mandato es rechazado por más de 60 países por elecciones no libres y represión política. Also known as el líder del chavismo continuista, it ha mantenido el poder a pesar de una crisis económica sin precedentes, hiperinflación y una migración masiva que ha afectado a toda América Latina.
Maduro no es solo un nombre de noticias internacionales. Su gobierno está directamente ligado a lo que pasa en Chile: desde la llegada de decenas de miles de venezolanos que buscan refugio aquí, hasta las tensiones diplomáticas que afectan a la región. Mientras Chile mantiene una postura crítica hacia su régimen, otros países de la región siguen reconociéndolo, lo que genera divisiones en organizaciones como la OEA. La crisis en Venezuela no se queda allá: se siente en los hospitales de Santiago, en las escuelas de Valparaíso y en los centros de ayuda humanitaria que atienden a quienes huyen de la pobreza extrema y la represión.
Lo que muchos no saben es que Maduro no gobierna como un presidente democrático. Su control se basa en el uso de fuerzas militares, la censura de medios, la prisión de opositores y la manipulación de instituciones. En 2024, la Unión Europea amplió sanciones contra 18 funcionarios venezolanos por violaciones a derechos humanos, y Maduro respondió expulsando a embajadores. Esta tensión no es abstracta: afecta a los chilenos que viajan a Venezuela, a las empresas que operan allá, y a las familias que tienen allegados en Caracas. Incluso en Chile, los debates sobre la migración venezolana giran en torno a lo que pasa allá: si Maduro sigue en el poder, la salida de personas no se detendrá.
Porque Chile no vive en una burbuja. Las elecciones en Venezuela, las sanciones internacionales, los acuerdos de diálogo —o su fracaso— tienen eco aquí. Cuando Maduro rechaza observadores de la ONU, cuando el régimen reparte comida a cambio de votos, cuando las pensiones en Venezuela valen menos que un pan: eso se convierte en parte de la historia de América Latina. Y Chile, por su posición geográfica y política, siempre termina involucrado. No es por casualidad que en los últimos años, periodistas chilenos hayan viajado a la frontera con Colombia para entrevistar a refugiados venezolanos, o que el Servicio de Registro Civil haya tenido que adaptar trámites para quienes llegan sin documentos.
Lo que encontrarás aquí no son artículos sobre política exterior en términos abstractos. Son relatos reales: cómo una familia venezolana logró entrar a Chile, cómo un médico de Caracas ahora trabaja en un centro de salud en Temuco, cómo el colapso de la salud pública en Venezuela impacta en los sistemas de salud chilenos. No se trata de tomar partido. Se trata de entender que lo que pasa en Venezuela no es un problema lejano: es un reflejo de lo que puede pasar cuando el poder se concentra sin control, y cómo eso se extiende como una ola hasta tu puerta.
Luis Almagro, Secretario General de la OEA, ha solicitado a la Corte Penal Internacional que emita una orden de arresto contra el presidente venezolano Nicolás Maduro por presuntos crímenes de lesa humanidad. La petición se basa en un informe de la OEA que detalla graves violaciones a los derechos humanos y represión política en Venezuela.