La línea escolar, un servicio de transporte diseñado para llevar a estudiantes de forma segura y eficiente desde sus hogares hasta las escuelas. También conocida como transporte escolar, es una parte fundamental del sistema público en ciudades como Santiago, donde miles de niños y jóvenes dependen de ella cada mañana. No es solo un bus que pasa por la esquina: es una red organizada, con rutas fijas, horarios ajustados a los horarios escolares y, en muchos casos, conexión directa con el Metro de Santiago, el sistema de trenes subterráneos que mueve a más de 2 millones de personas diariamente en la región metropolitana. Cuando algo falla en esta red, como ocurrió el 24 de septiembre de 2025 con la línea 1 del Metro, la principal vía de transporte del norte a sur de la capital, que conecta zonas residenciales con centros educativos, las consecuencias se sienten en casa, en la escuela y en el trabajo de los padres.
La línea escolar no se limita a los buses amarillos que todos conocemos. En Santiago, muchos estudiantes toman el Metro después de un trayecto en bus escolar, o incluso caminan hasta una estación cercana. Por eso, cuando el Metro suspende la circulación por una persona en las vías —como sucedió en la línea 1—, no solo se retrasan los adultos que van a trabajar. Se paraliza el día de cientos de alumnos. Las familias se ven obligadas a buscar alternativas improvisadas, los profesores reciben alumnos tarde, y los horarios escolares se desajustan. Esto no es un detalle menor: es una falla en la cadena de movilidad que afecta a toda la comunidad educativa. Y no es la primera vez que esto pasa. Las interrupciones en el Metro, aunque raras, tienen un impacto desproporcionado en quienes dependen de horarios fijos: niños, ancianos, personas con discapacidad y, sobre todo, estudiantes.
Lo que ocurrió en la línea 1 no fue un accidente aislado. Es un recordatorio de lo frágil que puede ser un sistema que millones usan cada día. La línea escolar, no solo como un servicio, sino como un derecho de movilidad, necesita más que buses y trenes: necesita planificación, inversión y prioridad. En las últimas semanas, los incidentes en el transporte público han vuelto a poner en el centro el debate sobre seguridad, mantenimiento y equidad. ¿Por qué una sola persona en las vías puede detener todo? ¿Por qué no hay más medidas preventivas en las estaciones cercanas a colegios? Estas preguntas no son solo técnicas: son sociales.
En esta colección de noticias, encontrarás reportes reales sobre lo que ha pasado en Santiago y más allá: desde la suspensión del Metro hasta cómo otras ciudades gestionan el transporte de los estudiantes. También verás cómo los problemas de movilidad afectan a otros sectores: desde la educación hasta la economía familiar. No son solo titulares. Son historias de días perdidos, de madres que llegan tarde al trabajo, de niños que se pierden clases. Y son señales de que algo necesita cambiar.
Bodega Aurrerá ha lanzado una nueva línea escolar con temática de Hello Kitty que ha conquistado a los estudiantes. Esta colección incluye una variedad de útiles escolares con la imagen de Hello Kitty, y ha ganado gran popularidad entre los estudiantes que se preparan para el nuevo ciclo escolar. Esto demuestra que Bodega Aurrerá conoce las preferencias de sus consumidores y ha acertado con esta tendencia.