El Cártel de Sinaloa, un sindicato criminal dedicado al tráfico de drogas, armas y dinero, con raíces en el estado mexicano de Sinaloa y operaciones en más de 50 países. También conocido como La Organización, es uno de los grupos más antiguos, eficientes y temidos del narcotráfico latinoamericano. No es una banda cualquiera: tiene redes logísticas, corrupción en altos niveles del gobierno y alianzas con grupos en Centroamérica, Sudamérica y hasta Europa. Su líder histórico, Joaquín "El Chapo" Guzmán, se convirtió en un símbolo de poder y miedo, pero el cártel sigue operando incluso después de su captura y extradición.
Lo que hace diferente al Cártel de Sinaloa es su capacidad para adaptarse. En lugar de pelear constantemente, negocia, compra lealtades y se mueve como una empresa. Controla rutas de cocaína desde Bolivia y Colombia hasta Estados Unidos, y también distribuye fentanilo, metanfetamina y marihuana. En México, influye en la política local, corrompe a policías y jueces, y ha sido responsable de decenas de miles de muertes en los últimos 20 años. En países como Guatemala, Honduras y El Salvador, su presencia se siente en las calles: los carteles usan esas rutas para mover drogas y reclutar jóvenes sin futuro.
La violencia que genera no es caótica: es estratégica. Mata para intimidar, para enviar mensajes, para limpiar territorios. Y no solo afecta a México. En Chile, por ejemplo, ha habido casos documentados de llegada de drogas puras desde Sudamérica, con conexiones que rastrean hasta redes del Cártel de Sinaloa. No es un problema lejano: sus productos están en las calles de Santiago, Valparaíso y Concepción. Y aunque no hay batallas abiertas aquí, su influencia se mide en cifras: más del 70% de la cocaína que entra a Chile pasa por redes vinculadas a este grupo.
Lo que ves en las noticias —arrestos, balaceras, fugas— es solo la punta del iceberg. Detrás hay un sistema que funciona como una multinacional criminal: con contabilidad, gerentes de logística, abogados y hasta redes de lavado de dinero en criptomonedas. Y mientras el mundo se enfoca en otros conflictos, ellos siguen creciendo, cambiando de nombre, reorganizándose. El Cártel de Sinaloa no se ha caído. Se ha vuelto más invisible, más silencioso, más peligroso.
En esta colección de artículos, encontrarás reportajes reales sobre cómo este cártel afecta la seguridad en América Latina, los casos de corrupción que lo protegen, y cómo sus redes llegan hasta nuestro país. No son teorías. Son hechos verificados, con nombres, lugares y fechas. Si quieres entender por qué el narcotráfico no es solo un problema de México, aquí está la respuesta.
El líder del Cártel de Sinaloa, Ismael 'El Mayo' Zambada, de 72 años, ha sido detenido en Estados Unidos en una operación conjunta con las autoridades mexicanas. Esta captura supone un duro golpe para una de las organizaciones criminales más poderosas y peligrosas de México, responsable de una gran parte del tráfico ilegal de drogas hacia los Estados Unidos.