cangrejo centolla, un crustáceo de aguas frías del sur de Chile y Argentina, conocido por su carne dulce y su caparazón duro y espinoso. También llamado centolla, es uno de los mariscos más codiciados del país y un símbolo de la riqueza marina de la Patagonia. No es un simple marisco: es un producto de alto valor económico, con precios que pueden superar los 50 mil pesos el kilo, y su pesca está estrictamente regulada para evitar su desaparición.
La centolla, especie que vive en aguas profundas y frías, principalmente entre la Región de Los Lagos y la Región de Magallanes. También conocida como cangrejo rey, crece muy lento, tarda hasta 8 años en alcanzar el tamaño comercial, y solo se puede pescar en ciertos meses del año. Esto explica por qué no se encuentra en cualquier mercado: su escasez y su sabor único la convierten en un manjar de lujo. En la cocina chilena, se prepara hervida, en cazuela, o como empanada, pero la forma más popular es con limón y mantequilla, para no tapar su sabor natural. Su carne, especialmente la de las patas y el cuerpo, es firme, jugosa y ligeramente dulce, casi como un cruce entre langosta y cangrejo azul.
La pesca de centolla, una actividad económica clave en zonas como Punta Arenas, Puerto Natales y Chiloé. También conocida como industria del marisco austral, mueve millones de dólares al año y da trabajo a miles de familias en comunidades costeras aisladas. Pero no es solo dinero: es identidad. En muchas casas del sur, la centolla es parte de las celebraciones, de los cumpleaños, de los domingos especiales. Es el plato que se reserva para cuando algo realmente importante pasa. La demanda internacional, especialmente de Japón, Corea y Estados Unidos, ha presionado a las autoridades a reforzar las cuotas y los períodos de veda. Hoy, solo se permite pescarla entre marzo y agosto, y solo con embarcaciones autorizadas. Quien la vende sin permiso, paga multas altísimas.
Si alguna vez has probado centolla, sabes que no es un alimento común. Es un lujo con historia, con reglas, con respeto. No se come por moda, se come porque vale la pena. Y en Chile, donde el mar es parte de la vida, la centolla no es solo un marisco: es un tesoro que se cuida, se protege y se celebra. Lo que encontrarás aquí son historias, datos y reportajes sobre cómo se pesca, cómo se cocina, y por qué sigue siendo el rey de los mariscos chilenos.
La pesca del cangrejo centolla en alta mar se ha visto afectada por el mal tiempo, con fuertes vientos y mares agitados que dificultan las operaciones. A pesar de estos retos, los pescadores mantienen el optimismo respecto a futuras capturas más favorables y un impacto positivo en la economía local.