Bill Gates, el co-fundador de Microsoft y uno de los mayores filántropos de la historia. También conocido como el hombre que puso un ordenador en casi todos los hogares del mundo, su nombre aparece cada vez que se habla de innovación, salud pública o desigualdad digital. Pero no es solo un empresario: su fundación, la Fundación Bill y Melinda Gates, una organización sin fines de lucro que invierte en vacunas, educación y acceso a agua limpia, ha movido más de 50 mil millones de dólares en dos décadas. Y aunque muchos lo ven como un genio tecnológico, lo que realmente lo define es su obsesión por solucionar problemas que otros ignoran.
En Chile, su impacto no es tan visible como en África o India, pero sí está ahí. La Fundación Bill y Melinda Gates, una organización sin fines de lucro que invierte en vacunas, educación y acceso a agua limpia ha financiado proyectos de salud pública en regiones remotas, especialmente en prevención de enfermedades infecciosas y mejora de sistemas de vacunación. No firmó acuerdos con el gobierno chileno, pero sí apoyó a organizaciones locales que trabajan con el Ministerio de Salud. También ha influido en políticas de salud digital: la idea de tener historias clínicas electrónicas en todos los centros de salud, algo que Chile empezó a implementar en los 2010, tiene raíces en los modelos que él promovió en países en desarrollo.
¿Y qué pasa con las noticias que ves aquí? Ninguna de las que aparecen en esta lista habla directamente de Bill Gates. No hay artículos sobre sus inversiones en Chile, ni sobre sus discursos en Santiago, ni sobre su relación con Elon Musk o la IA. Pero eso no significa que no esté presente. Las decisiones que él toma en su fundación —como invertir en vacunas contra la malaria o en sistemas de diagnóstico rápido— terminan afectando a países como Chile, donde se importan esas tecnologías. Cuando un laboratorio chileno usa un kit de prueba desarrollado con apoyo de su fundación, o cuando un estudiante de medicina en Concepción aprende con materiales que ella financió, ahí está él. No necesita estar en el titular para cambiar tu vida.
Lo que encontrarás aquí son historias de gente que sí está en el centro de la acción: vocales de mesa, árbitros, futbolistas, periodistas, emprendedoras. Pero detrás de muchos de esos sistemas —el voto electrónico, la transmisión de partidos, los protocolos de salud, incluso la forma en que se distribuye el agua en Santiago— hay tecnologías, modelos o ideas que alguna vez fueron pensadas por personas como Gates. No es un personaje de ficción: es un actor real en el mundo que te rodea. Y aunque no lo veas, su huella está en más cosas de las que crees.
Bill Gates identifica tres profesiones que resistirán el avance de la inteligencia artificial: diseñadores y programadores de IA, educadores y profesionales de la salud. Estas áreas mantendrán su relevancia gracias a tareas que necesitan del juicio y la empatía humana. Gates señala la importancia de adaptarse al paisaje laboral cambiante y desarrollar habilidades que complementen la IA.