El mediocampista chileno Charles Aránguiz ha sido una figura fundamental para el fútbol chileno, especialmente recordado por su participación clave en las históricas victorias de Chile en las Copas América de 2015 y 2016. Sin embargo, hoy enfrenta una coyuntura diferente: su exclusión de la selección nacional. Pero, ¿qué ha llevado a esta decisión?

Aránguiz, con 34 años, ha estado luchando contra una serie de lesiones físicas que han mermado su capacidad de juego tanto en su club, el Internacional de Brasil, como en su potencial participación con La Roja. Las lesiones han sido una constante en su carrera, pero en los últimos años se han intensificado, limitando su presencia en el campo y, por ende, su disponibilidad para el entrenador Ricardo Gareca.

Desafíos Personales y una Nueva Prioridad

Más allá de lo físico, Aránguiz también enfrenta desafíos personales que han influido en su comunicación con el entrenador de la selección. Ricardo Gareca mencionó que, debido a dichas circunstancias personales, optó por no profundizar en conversaciones sobre su situación en el equipo, respetando su privacidad.

Otro factor relevante es el reciente cambio de enfoque de Aránguiz hacia su vida familiar. Tras pasar siete temporadas en el fútbol europeo con el Bayer Leverkusen, tomó la decisión de regresar a Sudamérica en 2023. Inicialmente volvió al Internacional de Brasil, pero luego se trasladó a la Universidad de Chile en 2024. Este movimiento no solo refleja su deseo de estar más cerca de los suyos, sino también de reducir la carga que implica el fútbol de alto nivel.

A pesar de sus logros pasados y su notable contribución al fútbol chileno, la combinación de problemas físicos y su deseo de priorizar la vida familiar parecen haberlo alejado de las aspiraciones internacionales con Chile. Su situación actual es emblemática de cómo, en ocasiones, los atletas deben equilibrar sus ambiciones profesionales con las exigencias de la vida personal.