18 sep
2024
El 18 de septiembre, el calendario católico celebra la vida y obra de varios santos y beatos. En esta fecha, una figura destaca por su singular historia y milagros: San José de Cupertino. Nacido el 17 de junio de 1603 en Cupertino, Italia, bajo el nombre de José María Desa, su vida estuvo marcada por la pobreza y las enfermedades desde su niñez. No obstante, su fe y devoción cristiana fueron inquebrantables.
La historia de San José de Cupertino es realmente asombrosa. A pesar de sus limitaciones intelectuales y de no haber tenido una educación formal extensa, logró unirse a los Frailes Menores Conventuales en el convento de Grotella. Adoptó el nombre de Fray José de Cupertino y, tras grandes desafíos y perseverancia, fue ordenado sacerdote en el año 1628. Desde 1630, su vida espiritual cobró una dimensión extraordinaria al experimentar éxtasis y levitaciones. Estos fenómenos místicos le ganaron fama y crearon una percepción de santidad a su alrededor.
Las levitaciones y éxtasis de Fray José de Cupertino no pasaron desapercibidas. Atraían a multitudes de todas las clases sociales deseosas de presenciar estos acontecimientos milagrosos. Sin embargo, su fama llegó a oídos de la Inquisición napolitana, que emprendió una investigación exhaustiva sobre su persona. Los registros del caso fueron eventualmente revisados por el Papa Urbano VIII, quien lo absolvió de cualquier sospecha pero le prohibió regresar a Grotella.
Después de Grotella, San José de Cupertino fue trasladado a Asís. Allí, sus fenómenos místicos continuaron, atrayendo aún más a la gente. En 1653, debido al constante interés público, fue transferido al convento capuchino de Pietrarubbia en calidad de prisionero. No obstante, ni siquiera en tales condiciones cesaron las levitaciones, lo que llevó a sus superiores a moverlo a Fossombrone de manera secreta. Finalmente, en 1656, el Papa Alejandro VII permitió su regreso con los Conventuales, asignándolo al convento de Osimo, donde pasó sus últimos años de vida.
San José de Cupertino falleció el 18 de septiembre de 1663. Su vida y sus milagros no solo no se olvidaron, sino que fueron objeto de veneración creciente. Fue canonizado el 16 de julio de 1767, reconociéndolo oficialmente como santo de la Iglesia Católica. Su vida ejemplifica cómo la humildad, la fe y una entrega total a la vida espiritual pueden superar cualquier barrera, incluso las limitaciones intelectuales.
Además de San José de Cupertino, el 18 de septiembre también se celebra a otros santos y beatos cuyos legados siguen vivos en la comunidad católica. Entre ellos se encuentran:
Estos santos y beatos representan ejemplos notables de devoción y sacrificio. Sus vidas y obras continúan siendo recordadas y celebradas por la Iglesia Católica y sus fieles. El 18 de septiembre es un día que sirve no solo para conmemorar sus virtudes heroicas, sino también para inspirar a los creyentes a seguir sus ejemplos de fe y compromiso espiritual.
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