Estilo de vida: Cómo vivir mejor con hábitos reales y espacios que inspiran

El estilo de vida, la forma en que una persona organiza sus días, cuida su espacio y elige sus rutinas. También conocido como forma de vivir, es algo que se ve más en lo pequeño que en lo grande. No se trata de tener todo lo último, sino de sentirte bien donde estás. Muchos creen que es solo sobre moda o dinero, pero en realidad, se construye con cosas simples: una ventana abierta por la mañana, una planta que cuidas todos los días, o un rincón donde solo tú te sientas a pensar.

El hogar de famosos, el espacio personal donde celebridades como Denisse Malebrán deciden mostrar su vida sin filtros. También conocido como entorno íntimo de personas públicas, no es un escenario de lujo, sino un reflejo de lo que les da paz. Cuando una actriz elige mostrar solo su sala de estar, no está vendiendo una casa, está compartiendo un lugar donde respira. Y eso es lo que importa: no cuántas cosas tienes, sino cuánto te sientes tú en ellas. Las plantas de interior, elementos vivos que mejoran el aire, reducen el estrés y conectan tu hogar con la naturaleza. También conocido como decoración viva, no son solo adornos. Son compañeras silenciosas que te recuerdan que la vida sigue creciendo, incluso cuando todo parece lento.

La decoración de interiores, la forma en que organizas tu espacio para que te sostenga, no te agote. También conocido como diseño del bienestar, no es sobre tendencias de Pinterest. Es sobre saber qué te hace sentir seguro, qué te calma, qué te recuerda quién eres. No necesitas un diseñador, solo necesitas observar: ¿dónde te sientas más tranquilo? ¿Qué colores te hacen respirar más hondo? ¿Qué objetos tienen historia, no solo precio?

El estilo de vida no es algo que compras. Es algo que construyes, día a día, con decisiones pequeñas. Una planta que no se murió. Un mueble que no es nuevo pero te abraza. Una ventana que nunca cierras del todo. Estas son las cosas que no aparecen en las revistas, pero sí en la vida real. Aquí encontrarás historias como la de Denisse Malebrán, no para envidiar, sino para inspirarte. Porque tú también puedes tener un hogar que te haga bien. Sin grandes presupuestos. Sin perfección. Solo con autenticidad.