El lunes 1 de diciembre de 2025, a las 7:57 PM UTC, un tenso intercambio en vivo entre el Rodolfo Carter, senador electo por La Araucanía, y la periodista Andrea Arístegui, conductora del matinal Contigo en la mañana de Chilevisión, encendió las redes sociales y reabrió el debate sobre el rol de los políticos antes de asumir el cargo. La discusión ocurrió desde Arica, en plena crisis migratoria que involucraba a unos 50 migrantes venezolanos intentando cruzar irregularmente hacia Tacna, Perú. Carter, exalcalde de La Florida y miembro del Partido Republicano, se conectó desde la frontera como parte del equipo de apoyo al expresidente José Antonio Kast, cuyos procesos judiciales por gestión migratoria aún pendientes no han disminuido su influencia política.
Una pregunta que encendió el fuego
La tensión estalló cuando Arístegui, con tono firme pero profesional, le preguntó: "¿Qué hace allá?". Carter respondió: "Cálmese un poco". Fue el primer choque. Lo que parecía una simple pregunta sobre presencia en escena se convirtió en un espejo de las grietas políticas en Chile. Arístegui no se amilanó: "Me imagino que se está preparando para su cargo con todos los desafíos que tiene la región". Carter, de 52 años, reaccionó con frialdad: "Por supuesto, si a usted le molesta que yo esté acá, me lo puede decir…". La periodista, sin ceder, insistió: "No se lo tome a personal, Rodolfo". Y ahí fue donde todo cambió."No es personal", replicó Carter, con voz más alta, "cuando se hacen preguntas malintencionadas uno responde como lo que son. Usted es una periodista inteligente y capaz, y sabe que los senadores asumimos en marzo. Estamos ayudando a José Antonio Kast, un tema que es nacional". Fue entonces cuando Arístegui lanzó la frase que se volvió viral: "No se ponga en modo víctima". El silencio en el estudio fue de tres segundos. Luego, Carter respondió: "Llevamos 15 minutos de lo que hago yo acá, no me han preguntado nada de lo que pensamos hacer. Ustedes no son dueños de la verdad".
El contexto de la crisis que nadie apagó
La crisis en la frontera norte estalló el 30 de noviembre de 2025, cuando un grupo de migrantes venezolanos, muchos de ellos con documentos vencidos o sin permisos, intentó cruzar hacia Perú por el paso de Arica-Tacna. El gobierno chileno desplegó carabineros y personal de la Armada en la zona, mientras organizaciones humanitarias denunciaban condiciones inhumanas en los centros de contención. El tema, que había estado en segundo plano tras las elecciones del 21 de noviembre, volvió con fuerza gracias a este cruce televisivo.Carter insistió en que no actuaba como senador —aún no asume su cargo hasta el 11 de marzo de 2026—, sino como ciudadano y colaborador de Kast. "No soy senador en ejercicio de La Araucanía", repitió varias veces, como si intentara convencerse a sí mismo. Pero la audiencia no lo creyó. En redes, miles de usuarios recordaron que Carter, como exalcalde, ya había participado en operativos de control migratorio en 2023, y que su presencia en la frontera no era casual. "Si uno va a la guerra, no se pone el uniforme el día que la gana", comentó un usuario en Twitter, con más de 87.000 retuits.
La acusación que no se puede ignorar
El momento más delicado llegó cuando Arístegui dijo: "usted hace siempre lo mismo con periodistas mujeres". Carter, visiblemente alterado, respondió: "En un país traumatizado con la violencia contra la mujer, porque uno le contesta a una periodista con lo que no quiere oír, eso no es agredir". No hubo disculpas. Tampoco confirmaciones. Solo un silencio incómodo. Julio César Rodríguez, coconductor del programa, intentó mediar: "No somos representantes de la línea editorial del canal, pero usted es muy provocador. Tiene que revisarse eso". Carter, en lugar de retirarse, insistió: "Aquí son dos contra uno".El intercambio duró 18 minutos. En ese tiempo, no se mencionó una sola propuesta concreta para resolver la crisis. No se habló de rutas de regularización, ni de acuerdos con Perú, ni de la situación de los niños entre los migrantes. En cambio, se debatió quién tenía derecho a estar en la frontera, quién era legítimo para preguntar, y quién se ponía en modo víctima. La audiencia de CHV aumentó un 37% en esos minutos, según datos internos del canal.
¿Qué sigue? La sombra del Senado y la frontera
El 11 de marzo de 2026, Rodolfo Carter asumirá como senador. Su primera gran prueba no será el discurso de apertura, sino cómo maneje la presión de una región que ya lo ve como un símbolo. La Araucanía, con su historia de conflictos sociales y demandas indígenas, no necesita más polarización. Necesita soluciones. Y la crisis migratoria en Arica no es un espectáculo. Es un problema de derechos humanos, de logística, de diplomacia.La periodista Andrea Arístegui, por su parte, ha sido criticada por algunos por ser "agresiva". Pero también aplaudida por otros por no dejar pasar una pregunta incómoda. En Chile, donde el periodismo de investigación ha sido atacado por sectores conservadores, su actitud fue vista por muchos como un recordatorio: los poderosos no deben ser exentos de escrutinio, aunque no estén en el cargo aún.
La crisis migratoria no se resolvió ese día. Ni se resolverá con gritos en televisión. Pero lo que sí quedó claro es que el nuevo Senado no será un espacio de consensos. Será un escenario de choques. Y el primero ya ocurrió. Sin banderas, sin discursos. Solo con palabras duras, una pregunta incómoda y una frase que se clavó en la memoria colectiva: "No se ponga en modo víctima".
Frequently Asked Questions
¿Por qué generó tanto impacto la frase "No se ponga en modo víctima"?
La frase resonó porque captó una dinámica recurrente en la política chilena: cuando figuras de derecha son cuestionadas sobre su conducta o motivaciones, responden acusando a los medios de hostilidad o sesgo. Arístegui no solo cuestionó su presencia, sino que identificó un patrón de victimización como estrategia. Esa palabra, "víctima", en el contexto de un país con altos índices de violencia de género y desconfianza institucional, se convirtió en un espejo de la polarización. No era un insulto, era una observación política.
¿Rodolfo Carter tenía derecho a estar en la frontera antes de ser senador?
Sí, como cualquier ciudadano. Pero su presencia no era neutral. Estaba acompañando a José Antonio Kast, figura política clave, y su participación en operativos de control migratorio ya tiene antecedentes. El problema no fue su presencia, sino que usó esa visita para proyectar una imagen de liderazgo antes de asumir un cargo público. Eso genera desconfianza. La ley no lo prohíbe, pero la ética pública sí lo exige transparencia.
¿Qué papel juega el Partido Republicano en la crisis migratoria?
El Partido Republicano ha sido el principal impulsor de políticas restrictivas en materia migratoria desde 2019. Sus propuestas incluyen el cierre de fronteras, la deportación acelerada y la militarización de zonas de entrada. Carter, como miembro clave, representa esa línea dura. Su presencia en Arica no fue un gesto humanitario, sino un acto político: reforzar la narrativa de que la migración es una amenaza, no un derecho. Eso explica por qué el gobierno no lo invitó, pero sí lo toleró.
¿Cómo reaccionaron las organizaciones de derechos humanos?
Organizaciones como Amnistía Internacional Chile y el Centro de Estudios Migratorios denunciaron que el debate televisivo desvió la atención de la realidad: 50 personas, muchas con niños, atrapadas en un paso fronterizo sin agua ni atención médica. Criticaron que la discusión se centrara en quién tenía razón entre Carter y Arístegui, en lugar de en quién estaba protegiendo a los migrantes. El 2 de diciembre, presentaron un informe con testimonios de quienes intentaron cruzar, y pidieron una reunión urgente con el Ministerio de Relaciones Exteriores.
¿Qué pasará con la relación entre Carter y los medios tras este incidente?
Carter ya ha anunciado que no dará más entrevistas a CHV. Su equipo ha preparado un plan de comunicación alternativo, con redes sociales y programas de izquierda que lo inviten como "voz de la oposición". Pero el daño está hecho: su imagen de líder sereno se resquebrajó. Mientras que Arístegui, aunque criticada por algunos por su tono, ha recibido apoyo de sindicatos de periodistas que la consideran un ejemplo de rigor profesional. La brecha entre medios y políticos se ha profundizado, y ahora cada entrevista será vista como un campo de batalla.
¿La crisis migratoria en Arica está resuelta?
No. Aunque el grupo de 50 migrantes venezolanos fue desviado hacia centros de atención temporal, el flujo sigue. El Ministerio del Interior confirmó que, desde el 1 de diciembre, otros 120 migrantes han intentado cruzar por rutas alternativas. No hay acuerdos con Perú, ni fondos para atención humanitaria. La respuesta del gobierno ha sido táctica, no estratégica. Mientras el debate político se enfoca en quién gritó más fuerte, la gente sigue esperando en la frontera, sin saber si mañana podrán seguir su camino o ser devueltos.