23 jul
2025
Casi nadie pensaba ver a Venus Williams pisar de nuevo una pista WTA como protagonista, menos aún como ganadora de un partido individual. Pero la estadounidense, una de las grandes pioneras del tenis femenino, volvió a dar que hablar a los 45 años tras vencer a Peyton Stearns, número 35 del mundo, por 6-3 y 6-4 en la primera ronda del WTA 500 de Washington.
Enfrente tenía a Stearns, nacida en 2001, cuando Venus ya coleccionaba sus primeros grandes títulos. El paso del tiempo resultó apenas un matiz sobre el cemento de la capital de Estados Unidos. Con su clásico golpe de derecha y la actitud imbatible de siempre, Williams supo remontar en los momentos delicados: en el segundo set, por ejemplo, salvó cuatro puntos de partido cuando Stearns amenazaba con igualar a una jugadora que parecía intocable e imposible por la diferencia de generaciones. Venus concretó el triunfo en su sexta oportunidad, celebrando cada punto como si fuera el primero de su carrera.
Para Venus, este duelo significaba mucho más que un resultado. Su última victoria individual había sido en agosto de 2023 y su más reciente partido individual lo disputó en marzo de 2024 antes de verse obligada a parar por una cirugía de miomas, un problema nada menor que la mantuvo fuera 16 meses y llevó a la WTA a dejarla inactiva oficialmente.
Su triunfo la hace la mujer más veterana en ganar un partido WTA desde 2004, cuando la checa-estadounidense Martina Navratilova alcanzaba la hazaña en Wimbledon, dos años mayor que Venus. La comparación inevitablemente sitúa a Williams en una lista corta de leyendas que han convertido la longevidad en otro trofeo. Además, la Williams mayor suma este triunfo a un palmarés que incluye 49 títulos y siete Grand Slams, hitos que no necesitan presentación. Pero la historia de esta semana incorpora otro guiño: antes de este triunfo, Venus ya había saboreado la victoria en dobles, haciendo dupla con la joven Hailey Baptiste frente a Eugenie Bouchard y Clervie Ngounoue, aportando experiencia y empuje al circuito femenino local.
El recorrido de Venus no se detiene aquí. Su siguiente reto será frente a Magdalena Fręch, número 24 del mundo y parte de una generación que aprendió de Williams mirando en la tele. El regreso de Venus sacude el debate sobre la longevidad de las tenistas de élite y reabre la admiración por una carrera donde los obstáculos médicos y el paso del tiempo se convierten en anécdotas secundarias frente a la fuerza de voluntad.
En Washington no solo se juega tenis: se vive un pedazo de historia en tiempo real, y Venus Williams es la encargada de escribirlo una vez más.
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